Después de una subida cómoda disfrutando del paisaje, llegamos arriba, echamos las fotos de rigor y nos comimos nuestro merecido bocata. Luego en la bajada acortamos todas las zetas que pudimos y disfrutamos de la cantidad de nieve que había...
En definitva una excursión tranquila, muy bonita y en la que los tres que fuimos nos lo pasamos en grande!! A ver si este verano se puede repetir pero con la bici, que esa senda para bajar tiene que ser muy juguetona...
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